En estos últimos días tuve la desgracia de tener que transitar por las rutas argentinas, y es una desgracia porque uno verdaderamente se pone nervioso en esas rutas. Y no lo digo desde el punto de vista del conductor, sino desde el de un pasajero más. Es inexplicable la sensación de ver que a unos metros nomás alguien está a punto de ser chocado a grandes velocidades por pasarse sin tener lugar en una ruta de dos manos, o que otro intente pasar un auto sin tener obviamente lugar, pero esta vez para enfrentar al auto en el que uno va. Gracias a quien manejaba nada ocurrió, pero las lindas sensaciones que provocan estas rutas son lamentables.
¿Ahora bien, alguien está poniendo el ahínco y el esfuerzo necesario para regular fuertemente la utilización de autos y camiones en las rutas y demás lugares para transitar? ¿Se ponen las mismas ganas para penalizar a quienes generan este mal, cuyo saldo es de solamente 8104 muertes el pasado año , que cuando se quiere regular la utilización de armas de fuego o la fundición de las mismas? ¿ Se mide con la misma vara el potencial mortal de un arma de fuego, y un arma de cuatro ruedas? ¿Será porque quienes poseen aquellas no tienen un sindicato que vaya a patotear?
No estoy diciendo que cualquier que ande por ahí pueda acceder a una pistola, ni que nadie pueda salir a andar en la ruta. Estoy diciendo que estas dos armas, porque lo son las dos, sean reguladas correctamente y tomando los mismos parámetros. Apuesto mucho a que es más probable que un total imbécil pueda sacar su auto para jugar en la ruta, mientras que cualquier persona común y corriente que desee acceder a un arma de fuego tiene que meterse de lleno en un océano de burocracia sin demasiado horizonte.
Espero que todos los progresistas del país tengan las mismas ganas de atacar este mal, como lo hacen con otro que ni por asomo se toma las vidas de aquél.