Desde que el "progresismo" argento se la agarró con el derecho a la tenencia de armas de fuego que sostengo que es necesario crear en el país una organización que un poco al estilo de la NRA sea la voz de tiradores, y tenedores de armas en blanco.
Creo que era el 2002 o principios del 2003 cuando empecé a escribir sobre el asunto, intentando interesar a alguna de tantas fundaciones que anda dando vuelta supuestamente defendiendo la letra de la Constitución. Todo cayó en saco roto.
En 2002 participé del fallido intento de crear una agrupación local de tiradores, que mas allá de clubes o activides de tiro vinculara a los que defendemos el derecho a tener armas. Al mes de funcionar, todo quedó en la nada.
En 2005 y 2006, con varios de los que habían estado en aquel intento, fuimos por una revancha. Esta vez se iba a llamar FARO (Foro de Armas Rosario) Aunque sin "entidad" real, llegamos a hacer varias volanteadas y a interesar a unos cuantos, pero la cosa se diluyó.
Mas o menos para la misma época en Buenos Aires, y después del fracaso varias entidades ficticias que en realidad eran sellos de goma de algún figurón con intenciones de uso político de los tiradores, y la aparición de un ridículo Foro "contra las armas ilegales", surgió otro intento: ALUTARA. (Asociación de Legítimos Usuarios y Tenedores de Armas de la República Argentina)
De entrada no me gustó que se hablara de la condición de LU, aceptando calladamente la imposición de la registración, ni que se extendiera el alcance a todo el país, cuando empezaba sólo en Buenos Aires.
Lo cierto es que desde entonces, esta asociación no solo sumó socios, extendiéndose efectivamente a todo el país, sino que puso el pecho en cada oportunidad discutiendo en los medios al discurso desarmista. Hace un año que conversando por mail con su vicepresidente, le prometí que me iba a asociar. Y hasta ayer estuve en deuda.
Ahora tengo otra deuda: sumar gente. Si se puede hacer crecer a ALUTARA para que reúna a al menos el 10% de los LU del país... el desarmismo está jodido. Y mucha política oportunista que se apoya en el discurso desarmista, también