Como comentaba el otro día, el 10 de julio se lanzó el Programa de Desarme Voluntario, que finalmente y contrariando todas las promesas de sus promotores va a compensar en efectivo la entrega de armas -anónima, y sin preguntas- lo que entre otras cosas va a permitir la eliminación de fierros "calientes" que los "buenos muchachos" lograrán reemplazar en dos minutos con plata provista por el Estado.
Recorriendo la blogosfera local, que siempre depara sorpresas, me encontré con un excelente artículo sobre el tema, en el sitio de Alberto Medina Méndez. En algun pasaje, el autor reconoce que defendió las posturas desarmistas, y agrega que "...me he permitido revisar aquellas ideas, llegando a la conclusión de que no había forma de sostenerlo correctamente, sin caer en prejuicios generalizados o simplificaciones infantiles, carentes de demostración evidente."
Recomiendo leerlo completo, y agregar el sitio a los bookmarks. Promete.