Me sorprende leer en sitios de algunos pretendidos liberales (*) una aprobación tácita, si no un encendido aplauso a la campaña de desarme civil impulsada por el gobierno.
El motivo de la sorpresa no es que alguno manifieste su políticamente correcta hoplofobia, sino que se aplauda una iniciativa que se basa en procurarle al Estado el monopolio de las armas.
Por lo demás, resulta difícil de explicar cómo tipos que le cuestionar prácticamente todo a la administración K, crean que con este gesto -que de paso, resulta contrario al espíritu de la Constitución- la esté pegando.
Mientras el gobierno neomontonero nos advierte que si "tenés un arma, tenés un problema", yo reivindico mi derecho a tener los problemas que YO quiera mientras cumpla la ley. Y de calibres diversos. Sin embargo, hay idiotas útiles que en ésta creen que Papá Estado está para decidir por mí.
(*) Para algún que otro visitante con escasa capacidad de comprensión de texto recuerdo que jamás en este sitio me adjudiqué esa etiqueta, au contraire.